La falta de una figura paterna afecta directamente en la formación del carácter, la personalidad y la socialización.
Sin una figura parental adecuada, los niños son más propensos a tener dificultades emocionales y también psicológicas. La falta de una figura paterna amorosa se puede traducir en problemas psiquiátricos, dificultades académicas, miedo al abandono y muchos más problemas emocionales.
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Tienen la autoestima más alta.
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Son más seguros emocionalmente.
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Tienen menos probabilidad de abandonar los estudios.
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Desarrollan relaciones sociales y afectivas más sanas.
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Tienen menos probabilidad de consumir drogas.
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Son más equilibrados psicológicamente.
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Son más empáticos.
Sin embargo, un padre ausente puede causar heridas emocionales que persisten por toda la vida. Un estudio de National Fatherhood Initiative descubrió que la ausencia del padre puede generar problemas económicos, sociales e incluso de salud física y mental. Según la organización, los Estados Unidos gastan anualmente 100 mil millones de dólares en programas sociales para reducir los impactos de la ausencia paterna.
La ausencia del padre puede ser física, cuando por ejemplo los padres son separados y el hombre tiene poco o nulo contacto con los hijos, o emocional, cuando la pareja está junta pero el hombre no participa de la crianza de los niños.
Los efectos emocionales de la ausencia paterna
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Suelen ser más desapegadas emocionalmente: tienen dificultad de establecer fuertes y duraderos vínculos afectivos. Muchos hijos de padres ausentes repiten este comportamiento nocivo cuando tienen sus hijos.
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Suelen ser más inseguras: debido al sufrimiento emocional causado por la ausencia paterna, suelen ser personas más inseguras. Tienen miedo a la decepción y al abandono. El miedo al abandono puede generar una enorme dependencia emocional hacia otras personas.
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Suelen tener la autoestima más baja: el rechazo paterno puede comprometer la autoestima y dejar un vacío difícil de ser rellenado.
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Son más propensas a los trastornos psicológicos: muchas veces el sufrimiento generado por un padre ausente puede tener graves consecuencias psicológicas, como la depresión, la ansiedad, la bulimia y la anorexia.
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Son más propensas a entrar en relaciones tóxicas: debido a la baja autoestima y a la carencia afectiva, personas que no tuvieron un padre presente pueden tener problemas a la hora de establecer relaciones amorosas sanas. Por miedo a tener que perder de nuevo a alguien, muchos no son capaces de cortar determinados vínculos negativos, viviendo relaciones abusivas e infelices.
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Son más propensas a las adicciones: muchos hijos de padres ausentes, intentan compensar esta carencia de otra forma, pudiendo ser adictos a las drogas, al sexo, a las compras, al juego, etc.
Si necesitas ayuda sobre la gestión de esta situación dentro del núcleo familiar, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En la actualidad además de ejercer como psicólogo (psicologiacentromadrid.es), soy Orientador Educativo ESO/Bachillerato y profesor de Psicología en el Colegio Madrid.
